EL ESTADO FOTOGRÁFICO
La aproximación de Julia Toro (Talca, Chile, 1933) a la fotografía es todo menos programática; recién en 1973 su cámara empieza a restituirnos lo que sus ojos miraban insistentemente. Quizás por ese acercamiento autodidacta y espontáneo, sus fotografías son tan disímiles entre sí y, a la vez, revelan intereses recurrentes, cuyas derivaciones constituyen los tres grupos que conforman esta exposición: las fotografías eróticas, las difuminadas y las que retratan la comunidad artística e intelectual chilena en los años ochenta. A pesar de las particularidades de cada “género”, la sensibilidad visual que atraviesa el estilo fotográfico de Julia Toro vuelve a aparecer transversalmente, una y otra vez. Los detalles expresivos de instantes cotidianos cobran relevancia (los tacones de Lemebel capturados en su ondulación caprichosa, una pierna desnuda a medio entrar en una bañera, una pipa a punto de largar su humo) en detrimento de las representaciones de conjunto y la nitidez de las formas. La proximidad del objetivo fotográfico delata el vínculo emocional con el sujeto de la representación, la borrosidad de la imagen manifiesta la urgencia del gesto. Julia Toro logra desaparecer tras la naturalidad de sus tomas, su presencia no parece perturbar los acontecimientos que terminan cristalizados en sus fotografías: precisamente gracias a esa mirada circunspecta y furtiva, su universo de imágenes nos termina resultando tan íntimo y familiar.
Benedetta Casini