El accidente microbiológico o el error de laboratorio que desató la pandemia COVID-19 sin duda aceleró la digitalización de nuestras vidas. Gran parte de nuestras actividades cotidianas y fundamentales -trabajo, comercio, ocio e intimidad- fueron mediadas por pantallas. Pero la superficie virtual tampoco es infalible. Las máquinas se equivocan, balbucean y se accidentan; se interrumpen las señales, se caen los servidores, se corrompen los códigos. Como si fueran entidades insubordinadas, en nuestros aparatos aparecen intempestivamente imágenes que no soñamos, voces que no reconocemos, ruido, interferencia, fantasmas. Los errores parecen delatar las costuras del tejido de la representación, la fragilidad de las infraestructuras de la sociedad, las sombras de las ficciones de lo real; el desliz y pesadilla de la razón.
¿Es el error un concepto ideológico?¿Qué pulsiones inconscientes delatan los lapsus? ¿Puede haber belleza en un fallo? ¿Qué lecciones nos susurran los equívocos?¿Qué secretos esconde la interferencia?
Estas son algunas de las preguntas que cruzan los trabajos de las y los artistas aquí convocados, quienes desde la fotografía análoga y digital, el uso de softwares de inteligencia artificial, de la pintura, el video, las señales de radio y televisión nos invitan a reflexionar sobre las poéticas del error o el glitch desde su dimensión ontológica, política, plástica y chistosa.
Valentina Montero, Curadora